domingo, 16 de noviembre de 2014

El estudio que explica para qué sirve el orgasmo femenino (y sus consecuencias)

Un nuevo estudio evolucionista sugiere que los orgasmos ayudan a las mujeres eligen mejores parejas. (iStock)
La ciencia lleva décadas planteándose el origen y existencia del orgasmo femenino. Qué es y para que sirve es una de las grandes dudas de los investigadores sexuales a la que tratan de dar respuesta a través de multitud de estudios.    
De un lado están las teorías evolucionistas que giran en torno a relacionar el orgasmo la reproducción, y por otro, las que los relacionan, comoexplicamos en ACyV, con una reacción inconsciente de nuestro cuerpoante un estímulo derivada del “incremento del flujo sanguíneo en los tejidos eréctiles” .
Un nuevo estudio sugiere que los orgasmos ayudan a las mujeres a elegir mejores parejas. Además de la satisfacción de ellas, los resultados de este análisis en clave evolucionista, explican que tras conseguir el orgasmo femenino ellos se sentían más confiados en sí mismos y más atractivos.
De
Es decir, al alcanzar el orgasmo se consigue una especie de conexión entre ambos que puede ser determinante para terminar por escogerse como pareja (especialmente de cara a formar una familia).
Pese a que los investigadores advierten que estos resultados preliminares de su estudio no dan una explicación “de ninguna manera definitiva”, Tracy Clark-Flory plantea en Salon algunas de las consecuencias de los orgasmos femeninos que pueden relacionarse con esta teoría sobre que existen para que las hembras seleccionen a sus parejas ideales, aunque sea en la cama.
  • Incrementan las ganas practicar más sexo: conocido como el “éxito reproductivo”, comenta Clark-Flory que al alcanzar el orgasmo ambas partes se sienten mejor y querrán volver a compartir esta sensación con la otra persona.  
  • Ayuda a conciliar el sueño: tras un orgasmo el cuerpo entra en un estado de relax y adormilado. Este descanso, conocido como “siesta post-coital”, es un momento en el que además se incrementan las opciones de los espermatozoides para encontrar un óvulo que fecundar. De ahí que los investigadores lo relacionen con el hecho de considerar haber encontrado una pareja: tras el orgasmo, te recuestas a su lado.
  • El esperma coge impulso gracias al orgasmo: es decir, con las contracciones vaginales derivadas del orgasmo se produce lo que denominan “tragarse o absorber el esperma”, de tal forma que el semen entra con mayor facilidad y rapidez en el útero y se aumentan las probabilidades de embarazo.
  • Genera sentimientos de conexión e intimidad “especial”: al tener un orgasmo se libera una mayor cantidad de oxitocina en el cuerpo y, claro, esto tiene sus consecuencias en las mujeres. La conocida como “hormona del amor” corre a sus anchas por la mujer que se siente atraída –en exceso– por la otra persona y se estimula la unión.  
  • Ayuda a escoger una buena pareja: como explica Clark-Flory, este nuevo estudio que surge de la hipótesis de la selección de pareja en base al orgasmo femenino, parte de la idea de que éste ayuda a incrementar las posibilidades de fertilización. De ahí que planteen que si las mujeres tienen un orgasmo sientan que esa persona podría ser la adecuada para formar una familia.   
  • Es un “regalo de la evolución”: basándose en los principios embriológicos comunes entre hombres y mujeres, el estudio plantea que si “los hombres tienen orgasmos con el objetivo de difundir su semilla y promover la especie”, las mujeres lo harán con el mismo fin. De ahí que denominen al orgasmo femenino como un subproducto del masculino.  
Como dice Clark-Flory, mientras se plantean teorías que plantean “el orgasmo femenino como sobras biológicas de los hombres”, las mujeres continúan disfrutando de menos orgasmos que ellos durante las relaciones sexuales. De hecho, sólo el 25% manifiesta alcanzarlos y alrededor de un 5% jamás llega a tener uno.
Quizás los resultados de este estudio hagan que los hombres se preocupen –aquellos que lo obvien– por conocer cuál será el ingrediente necesario para provocarlo para que les escojan como pareja. Seguro que más de uno se anima a esforzarse más aunque sea por ser el elegido.
La ciencia lleva décadas planteándose el origen y existencia del orgasmo femenino. Qué es y para que sirve es una de las grandes dudas de los investigadores sexuales a la que tratan de dar respuesta a través de multitud de estudios.    
De un lado están las teorías evolucionistas que giran en torno a relacionar el orgasmo la reproducción, y por otro, las que los relacionan, comoexplicamos en ACyV, con una reacción inconsciente de nuestro cuerpoante un estímulo derivada del “incremento del flujo sanguíneo en los tejidos eréctiles” .
Un nuevo estudio sugiere que los orgasmos ayudan a las mujeres a elegir mejores parejas. Además de la satisfacción de ellas, los resultados de este análisis en clave evolucionista, explican que tras conseguir el orgasmo femenino ellos se sentían más confiados en sí mismos y más atractivos.
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Es decir, al alcanzar el orgasmo se consigue una especie de conexión entre ambos que puede ser determinante para terminar por escogerse como pareja (especialmente de cara a formar una familia).
Pese a que los investigadores advierten que estos resultados preliminares de su estudio no dan una explicación “de ninguna manera definitiva”, Tracy Clark-Flory plantea en Salon algunas de las consecuencias de los orgasmos femeninos que pueden relacionarse con esta teoría sobre que existen para que las hembras seleccionen a sus parejas ideales, aunque sea en la cama.
  • Incrementan las ganas practicar más sexo: conocido como el “éxito reproductivo”, comenta Clark-Flory que al alcanzar el orgasmo ambas partes se sienten mejor y querrán volver a compartir esta sensación con la otra persona.  
  • Ayuda a conciliar el sueño: tras un orgasmo el cuerpo entra en un estado de relax y adormilado. Este descanso, conocido como “siesta post-coital”, es un momento en el que además se incrementan las opciones de los espermatozoides para encontrar un óvulo que fecundar. De ahí que los investigadores lo relacionen con el hecho de considerar haber encontrado una pareja: tras el orgasmo, te recuestas a su lado.
  • El esperma coge impulso gracias al orgasmo: es decir, con las contracciones vaginales derivadas del orgasmo se produce lo que denominan “tragarse o absorber el esperma”, de tal forma que el semen entra con mayor facilidad y rapidez en el útero y se aumentan las probabilidades de embarazo.
  • Genera sentimientos de conexión e intimidad “especial”: al tener un orgasmo se libera una mayor cantidad de oxitocina en el cuerpo y, claro, esto tiene sus consecuencias en las mujeres. La conocida como “hormona del amor” corre a sus anchas por la mujer que se siente atraída –en exceso– por la otra persona y se estimula la unión.  
  • Ayuda a escoger una buena pareja: como explica Clark-Flory, este nuevo estudio que surge de la hipótesis de la selección de pareja en base al orgasmo femenino, parte de la idea de que éste ayuda a incrementar las posibilidades de fertilización. De ahí que planteen que si las mujeres tienen un orgasmo sientan que esa persona podría ser la adecuada para formar una familia.   
  • Es un “regalo de la evolución”: basándose en los principios embriológicos comunes entre hombres y mujeres, el estudio plantea que si “los hombres tienen orgasmos con el objetivo de difundir su semilla y promover la especie”, las mujeres lo harán con el mismo fin. De ahí que denominen al orgasmo femenino como un subproducto del masculino.  
Como dice Clark-Flory, mientras se plantean teorías que plantean “el orgasmo femenino como sobras biológicas de los hombres”, las mujeres continúan disfrutando de menos orgasmos que ellos durante las relaciones sexuales. De hecho, sólo el 25% manifiesta alcanzarlos y alrededor de un 5% jamás llega a tener uno.
Quizás los resultados de este estudio hagan que los hombres se preocupen –aquellos que lo obvien– por conocer cuál será el ingrediente necesario para provocarlo para que les escojan como pareja. Seguro que más de uno se anima a esforzarse más aunque sea por ser el elegido.
El ingrediente necesario para provocar el orgasmo femenino
Piensa mal y te lo pasarás mejor. (iStock)
Los datos son devastadores. Si, como puso de manifiesto un metaestudio publicado en el libro de Elisabeth Lloyd The Case of the Female Orgasm(Harvard University Press) que recogía datos de los últimos 80 años, sólo el 25% de las mujeres suelen tener un orgasmo vaginal durante el coito,tenemos un problema. Y, mientras que el hombre suele alcanzar el clímax con una mayor facilidad, 5% del sexo femenino manifiesta que jamás llega al orgasmo. Quizá, como sugiere una nueva investigación, ello se deba a la visión mecánica y puramente física del sexo heterosexual, que olvida aquello que resulta decisivo en la satisfacción sexual de la mujer.
Nada del tamaño del pene, de la habilidad del hombre en la cama, del atractivo de la otra persona o del momento del día en el que se practica el coito. Lo que de verdad importa es la concentración y aquello que pasa por la cabeza de la mujer durante el acto sexual, concluye la investigación dirigida por el sexólogo Pascal de Sutter, de la Universidad de Louvain en Bélgica y publicado en el último número de Sexologies.
Aquellas mujeres que se definían como “orgásmicas” (es decir, que solían disfrutar de orgasmos con una alta asiduidad) eran las que solían tener más pensamientos eróticos durante el acto. Por el contrario, las que manifestaban una menor satisfacción sexual eran las que se distraían de manera más frecuente en la cama. Con una particularidad, que es que tanto unas como otras tenían un nivel semejante de pensamientos eróticos cuando se masturbaban sin la presencia de sus compañeros.
El poder de la mente
Durante siglos, la mujer ha visto cómo le era negada la capacidad de manifestar sus inquietudes y fantasías sexuales, hasta el punto en el que la creencia más popular afirmaba que las mujeres, simplemente, carecían de deseo. Quizá por ello los investigadores califiquen de “sorprendentes” los resultados de la investigación. Sin embargo, estos parecen claros: lo cognitivo juega un papel más importante en el orgasmo femenino que lo físico.

Como explica el estudio, las mujeres no suelen tener ningún problema en centrarse en sus pensamientos eróticos cuando se encuentran solas. Sin embargo, es en el encuentro con su compañero (o compañera, como ocurría en un 10% de los casos) cuando empiezan a surgir los problemas, en muchos casos, ligados a la inseguridad o al estrés, que provoca que se pierda la concentración y la mente empiece a divagar durante el coito. Una conclusión que refuerza lo que ya habían sugerido previos estudios.
¿En qué piensan las mujeres que no llegan al orgasmo? Según señalan sus responsables, por lo general, se trata de cosas que nada tienen que ver con el sexo y que hace que estas no puedan vivir el momento, sino que se proyecten hacia algo ocurrido en el pasado o algo que les atormente del futuro. En muchos casos, esta imposibilidad para abstraerse de lo cotidiano está impulsada por la inseguridad ante la propia imagen o el peso.
No es lo que haces, es lo que te imaginas
Las conclusiones de la investigación se encuentran en sintonía con las preferencias eróticas de la mujer a la hora de consumir contenidos eróticos. Mientras que, para el hombre, la mera visión del acto sexual es más que suficiente para conseguir que llegue a un estado de excitación, en el caso de la mujer la imaginación juega un papel crucial. De ahí, que se suela dar más importancia a lo contextual y narrativo que a lo puramente visual y, por eso, se debe trabajar con herramientas como el mindfulness que permitan la concentración de la mujer en lo que está haciendo, como sugiere el estudio.
La uti
Durante mucho tiempo se ha intentado solucionar los problemas para alcanzar el orgasmo de muchas mujeres a partir de los llamados ejercicios sexuales. Estos parten de la suposición de que esta imposibilidad tiene un origen físico, por lo que fortaleciendo el suelo pélvico, que se contrae durante el orgasmo, puede mejorarse la función sexual. Son los conocidos como ejercicios Kegel, que reciben su nombre del ginecólogo Arnold Kegel, que los diseñó en el año 1948 y se han utilizado de manera frecuente desde entonces.
Sin embargo, una reciente investigación realizada por la Universidad de Sao Paulo señalaba que estas prácticas son útiles, pero no para mejorar la satisfacción sexual, sino para que aquellas mujeres que los llevan a cabo se sientan más relajadas. Las respuestas a dicha investigación recordaron que, como es previsible, la satisfacción de la mujer depende de ciertos factores psicológicos, fisiológicos y hormonales que no pueden separarse unos de otros. Desde luego, algo es seguro, y es que si queremos que todos disfruten del amor físico, debemos dejar de pensar en los parámetros predominantemente masculinos que aún perviven y pensar que otro sexo es posible.

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