viernes, 26 de septiembre de 2014

Los 13 mejores lugares para disfrutar del otoño en España


13 paisajes increíbles en los que vivir la caída de las hojas en la Península, de norte a sur.
Cuando empieza a refrescar y llega el otoño, la naturaleza nos sorprende tiñendo el paisaje de colores. Del verde frondoso de la primavera y del verano se pasa a una paleta que va del verde al rojo pasando por mil matices de amarillo, ocre y marrones.

En España hay muchos lugares en los que disfrutar de los coloridos lienzos que el otoño pinta en nuestros bosques. Así que Skyscanner te lo pone fácil y te trae 13 bosques y parques naturales en los que el otoño se vive con especial intensidad.

Toma nota, sube al coche… ¡Y nos vamos!

1. Bosque de Muniellos, Asturias

El bosque de Muniellos forma parte de la reserva natural integral del mismo nombre y es el mayor robledal de España, además de uno de los mejor conservados de España. Es el hogar de muchas leyendas de la mitología astur y dando un paseo es fácil de entender el por qué. Los verdes son más verdes, los ocres, amarillos y rojizos tienen colores que no habrías imaginado nunca… Eso sí, recuerda que está protegido, así que hay que pedir permiso para visitarlo y cruzar los dedos para ser uno de los 20 afortunados que lo puede visitar al día.

2. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca, Aragón

Situado en el Pirineo oscense y hogar de algunos de los paisajes más increíblemente sobrecogedores de España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es paradisíacos cuando llega el otoño. Además de sus cascadas y saltos de agua, sus cañones y sus ríos de aguas turquesas sus bosques adquieren todas las tonalidades posibles del ocre. Así que ya sabes, abrígate un poco, lleva ropa impermeable y unas buenas botas… y déjate llevar por la magia del lugar.

3. Selva de Irati, Navarra

Imagina un lugar en el que el suelo parezca un mar ondulante de sangre roja que se funde con el verde del musgo y los árboles. Es real y existe en Navarra. No hace falta ni que las novelas fantásticas para descubrirlo. Acércate a la Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado del mundo, y podrás disfrutar de la naturaleza casi en estado virgen. Por favor, no te olvides de la cámara de fotos.

4. Fageda d’en Jordà, La Garrotxa, Cataluña

El hayedo de Jordà es uno de los mejores lugares de España en los que perderse en otoño. Precioso durante todo el año, este bosque que crece sobre terreno volcánico muestra su cara más fotogénica en cuanto las hojas tiñen el suelo de tonos de ocre. La Fageda d’en Jordà parece un paisaje sacado de El Señor de los Anillos y hay varias rutas senderistas que permiten conocerla de cerca. No te lo pierdas.

5. Faedo de Ciñera, León

Con un haya de 500 años y el título de “El Bosque Mejor cuidado de España”, el Faedo de Ciñera es un lugar especial. Este hayedo situado en Ciñera de Gordón (en la Montaña Central Leonesa) es un pequeño oasis tupido en el que los relojes se han parado. Acércate para experimentar la paz y la calma entre árboles y junto al arroyo homónimo. Y, por supuesto, no te pierdas a Fagus, uno de los árboles más impresionantes que verás nunca.

6. Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara, Castilla-La Mancha

El hayedo de Tejera Negra, en la provincia de Guadalajara, es el hayedo más al sur de Europa. Y como todos los de su clase, cuando los árboles empiezan a desnudarse de hojas es cuando está más bonito. El ambiente es de cuento: los colores, el musgo, el silencio sólo roto por el agua que circula o el crepitar de las hojas al ser pisadas… ¿Todavía tienes dudas?

7. Parque Natural de Gorbeia, País Vasco

El País Vasco es uno de los lugares más verdes de España… y quizás por eso quizás uno de los más bonitos en cuanto llega el otoño y el verde se convierte en ocres y rojos. El Parque Natural del Gorbea es el más grande de la Comunidad y está lleno de hayas, pero también de robledales, alisos, sauces, fresnos y álamos. Si a partir de octubre no tienes planes, date una vuelta y déjate seducir.

8. Vale de Arán, Lleida, Cataluña

Los días de otoño en el Valle de Arán no son ni verdes ni blancos. La frondosidad de la primavera y el verano han quedado atrás y todavía queda un poco para que lleguen las primeras nieves al Pirineo catalán… Precisamente en ese justo momento es cuando esta comarca vibra con un manto vegetal multicolor. Si además le añades que está sembrada de pueblos de montaña con encanto y ermitas románicas tienes la combinación perfecta para una escapada rural.

9. Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión, Soria, Castilla y León

En plena provincia de Soria, el Parque Natural de la Laguna Negra es uno de los parajes más bellos de toda la provincia. Visitarlo es recomendable los 12 meses del año, pero si te gustan los colores, la fotografía y el senderismo, aprovecha los meses de otoño para pasear entre pinos y hayas que se sacuden el follaje y tapizan el terreno. El lugar es objeto de leyendas e historias desde hace siglos y si lo visitas quizás puedas vivir una.

10. Sierra de Segura, Albacete, Castilla-La Mancha

La Sierra del Segura, al suroeste de la provincia de Albacete, está surcada por valles estrechos y cañones profundos que se transforman en cuanto llega el otoño. En la frontera con Jaén y alejada de los llanos de La Mancha, es una de las zonas más interesantes de toda la provincia. Date un paseo para llegar a los Chorros del Río Mundo, sube a los miradores de Liétor y absorbe el paisaje. ¡Inolvidable!
© Xipo / www.enelmundoperdido.com


11. Sierra de Aralar, País Vasco y Navarra

Los 208 kilómetros cuadrados de la Sierra de Aralar cubren zonas de Navarra y del País Vasco. Este gran macizo cárstico combina con elegancia las simas y las piedras con el verdor de los prados y los hayedos cambiantes. Vayas por dónde vayas, encontrarás un rincón que te robará el corazón. Podrás descubrir el nacimiento de ríos, explorar la prehistoria en sus dólmenes y, en especial, hacer infinidad de fotos a las hayas, robles y avellanos que cubren parte del terreno.

12. Parque Natural del Montseny, Cataluña

A poco más de una hora de Barcelona, el Montseny es un gran pulmón verde al que no le da ninguna vergüenza cambiar de piel en cuanto llega otoño. Rápidamente las hojas de las encinas, alcornoques, robles y hayas pasan a los tonos de ocre y, lentamente, tapizan el suelo. Por la belleza de sus paisajes y por su variedad de rutas senderistas y rincones con encanto, no deberías perdértelo si estás en la zona.

13. Lagunas de Gallocanta, Zaragoza, Aragón

La Laguna de Gallocanta no es un gran bosque, el terreno no está lleno de hojas muertas que crepitan cuando las pisas… pero aun así es un lugar que deberías visitar en otoño. En el corazón de una reserva natural es la mayor laguna salada de Europa y el hogar de más de 220 especies de aves que se toman un respiro en su migración. Si te gustan las grullas, a partir de octubre se instalan aquí más de 40.000, haciendo un alto en el camino hacia el sur de España y África.


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