viernes, 26 de septiembre de 2014

El Barrio de Las Letras

 En Madrid existe un barrio muy bohemio, especial, totalmente antiguo que se llama ‘El Barrio de las Letras’ donde si entras con coche te multan, solamente pueden acceder en coche a dicho barrio las personas
que lo habitan, por lo cual hay que hacerlo todo a pie como en la mayoría de los barrios madrileños,
En ésta zona puedes encontrar en el suelo notas de Cervantes, de Zorrilla, de Gustavo Adolfo Becker y dónde se encuentra la casa de Miguel de Cervantes
Pasear por éstas calles es una gozada, te olvidas de tantas cosas y te quedas inmerso en un pasado, a la vez está llenito de locales con cosas vintage, cosas de diseño exclusivas y maravillosos bares muy antiguos.
Un privilegio compartirlo con vosotros…
En esta oportunidad recorreremos pues el Barrio de las Letras, uno de los barrios más tradicionales y hermosos de la ciudad de Madrid.
Fue la residencia de muchos escritores del Siglo de Oro, y actualmente es una zona que está muy de moda, como los famosos hoteles de diseño, tiendas, bares, restaurantes, que brindan una excelente oportunidad para visitar y disfrutar.
Está flanqueado por el Paseo del Prado y la carrera de San Jerónimo, representa el lugar más literario de la ciudad. Estas calles fueron recorridas por escritores españoles tales como Quevedo, Lope de Vega o Cervantes.
Recorreremos las calles donde seguramente en las librerías encontraremos de paso alguna obra de estos famosos escritores.
E1 Barrio de las Letras es un espacio privilegiado de Madrid. Debe su nombre a la intensa actividad literaria desarrollada a lo largo de los siglos XVI y XVII.
La zona está delimitada, por el oeste, por la calle de la Cruz y la plaza de Jacinto Benavente; al este, por el paseo del Prado; al norte, por la carrera de San Jerónimo; y, al sur, por la calle de Atocha. Es casi un cuadrado, aunque en su forma más real más bien parece un cono truncado cuya base coincide con el Paseo del Prado.
Algunas de sus vías más emblemáticas son la plaza de santa Ana, la calle de las
Huertas, la plaza del Ángel, la calle del Prado, la calle de Echegaray, etc.
En esta zona fijaron su residencia algunos de los literatos más destacados del Siglo de Oro español, como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo o Góngora, y en ella estuvieron situados los teatros de la Cruz y del Príncipe, dos de los corrales de comedias más importantes de aquella época. También estuvo habitado por los actores y actrices más famosos del momento.
En el número 87 de la calle de Atocha estuvo la imprenta de Juan de la Cuesta, donde se imprimió la primera parte de El Quijote; en la calle del Prado está el Ateneo de Madrid -todavía vivo, floreciente y cada vez más pujante- verdadero centro de la cultura y del pensamiento durante los siglos XIX y XX..
 En el centro del barrio está el Convento de las Trinitarias Descalzas, donde se supone que están - en un lugar desconocido - los restos de Cervantes, puesto que la Orden Trinitaria participó activamente en su liberación de la prisión de Argel.

Muy próximo a este convento está la Real Academia de la Historia, donde vivió Menéndez Pelayo varios años de su no muy larga vida.

En la parte superior del cono estuvo la Fonda de San Sebastián, lugar de reunión de los escritores y artistas que serán pioneros de la Revolución literaria de la Ilustración; estuvo frecuentada por Moratín, López de Ayala, Iriarte, Juan Bautista Muñoz, Cerdá y Rico, Vicente de los Ríos, etc.
 Convento de las Trinitarias Descalzas. Barrio de Las Letras.
 En la acera de enfrente está la Parroquia de San Sebastián, donde Galdós sitúa la mayor parte de su novela Misericordia. Allí iba Nina a ayudar a los pobres que pedían limosna a la entrada de las iglesias, con lo que le sisaba a su señora en la compra.

En esa parroquia se casaron Larra, Zorrilla, Bécquer, Fortuny, Menéndez Pidal, Sagasta y fueron bautizados Ramón de la Cruz, Patricio de la Escosura, Echegaray, Benavente; en sus archivos figuran los certificados de defunción de Cervantes, Lope de Vega, Ruiz de Alarcón, Ventura Rodríguez, Ramón de la Cruz, Villanueva y Espronceda entre otros.

Como vemos, todo un conjunto de testimonios de la mayor importancia en la historia de nuestro país.
Iglesia de San Sebastián
Es una de las iglesias más céntricas de Madrid, situada en la calle de Atocha, nº 39. Es muy conocida por albergar los restos mortales del dramaturgo Lope de Vega, aunque hoy se desconoce su situación exacta, y por los personajes célebres de todo tipo que se contaron entre su feligresía.
Debido a su situación, son numerosísimas las personas con una relevancia histórica, desde presidentes del gobierno como Práxedes Mateo Sagasta a bandoleros como Luis Candelas que figuran en sus archivos parroquiales por nacimientos, bautismos, bodas o defunciones. El más notable de todos ellos es Miguel de Cervantes, que falleció en la
cercana calle del León, aunque fue sepultado en el convento de las Trinitarias Descalzas
Bautizos:
•   Ramón de la Cruz (1731)
•   Leandro Fernández de Moratín (1760)
•   Patricio de la Escosura (1807)
•   Jerónimo María Usera y Alarcón (1810)
•   Francisco Asenjo Barbieri (1823)
•   José Isidro Osorio y Silva-Bazán (1825)
•   Luis de Madrazo (1825)
•   José de Echegaray (1832)
•   Jacinto Benavente (1866)
•   Agustín Lhardy Garrigues (1847)
Matrimonios:
• Gustavo Adolfo Bécquer
• Julián Romea
• Práxedes Mateo Sagasta
• Emilio Thuillier

• Mariano José de Larra
Difuntos:
•    Miguel de Cervantes (1616)
•    Lope de Vega (1635)
•    Juan Ruiz de Alarcón (1639)
•    Antonio de Pereda (1678)
•    Juan Vicente Ribera (1736)
•    Ventura Rodríguez (1788)
•    Ramón de la Cruz (1794)
•    Nicolás del Campo (1803)
•    Juan de Villanueva (1811)
•    José de Espronceda (1842)
 Iglesia de San Sebastián
Fachada a la calle de Atocha, nº 39.
 Iglesia de San Sebastián
 «El eje del Barrio de las Letras es hoy la calle Huertas», recientemente peatonalizada, centro de la «movida» madrileña en los últimos tiempos, pero hoy revalorizada culturalmente en las citas más conocidas - en prosa o en verso - de las obras emblemáticas de la literatura española.
Aparecen en el suelo frases de Larra, Espronceda, Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Echegaray, etc., y a los lados, en las paredes de los edificios, estelas con las biografías de los autores cuyas frases aparecen en el suelo.
Es una forma muy curiosa y popular, no sólo de homenajear a las glorias pasadas de nuestra literatura, sino también de popularizar y extender el conocimiento de nuestros valores literarios; de una manera, sin duda, divertida y amena, se hace pedagogía de la cultura, tan necesitada de mimos y atenciones en estos tiempos del mercado único mal avenidos con ella.
Por la calle de las Huertas
Huertas se ha convertido en el centro favorito de reunión de los turistas y estudiantes extranjeros por su gran animación nocturna, heredada del Madrid del Siglo de Oro.
Aunque queda para nuestra imaginación cómo era aquel ambiente, tenemos como referencia sus casas bajas y sus calles estrechas, además de algunos edificios históricos como la iglesia de San Sebastián, declarada Monumento Nacional no por el edificio sino por sus archivos. En ella consta gran parte de la vida de ilustres personajes que se bautizaron - Ramón de la Cruz, Jacinto Benavente -, casaron Larra, Zorrilla, Bécquer- o recibieron homenaje tras su fallecimiento. Entre sus actas de defunción figuran las de Lope de Vega -enterrado allí mismo-, Ruiz de Alarcón y Espronceda.
En su antiguo cementerio, actual vivero, fue donde José Cadalso, uno de los nombres más destacados de la literatura española del siglo XVIII, trató de desenterrar el cuerpo de su amada, la actriz María Ibáñez. Aquella experiencia le sirvió para narrar sus célebres Noches Lúgubres.
Palabras en el suelo
Bajando por la calle Huertas, el paseante puede detenerse a leer alguna pieza de Luis de Góngora, Francisco de Quevedo o Gustavo Adolfo Bécquer que vivieron o trabajaron en estas calles, y que han sido reconocidos plasmando algunas de sus obras en el solado del barrio.
En la Plaza Matutes podremos detenernos a observar el edificio que acogía la imprenta del periódico El Imparcial, donde trabajó Gustavo Adolfo Bécquer.
Pasado el cruce con la calle León, nos encontraremos con el mentidero de los Comediantes o mentidero de Representantes, lugar donde se juntaban ociosos y desocupados, especialmente autores y comediantes







 Barrio de Las Letras. Plaza de Santa Ana



 La cervecería Narurbier en la plaza de Santa Ana, en la que dan una cerveza exquisita
(me la descubrió un buen amigo, José Manuel, que ni siquiera vive en Madrid)
 Casa-Museo de Lope de Vega. Barrio de Las Letras.
 Casa de Miguel de Cervantes.
Barrio de Las Letras.
 La salamanquesa del Barrio de Las Letras.
 Historias de Cervantes ...
Entre la calle Huertas y la antigua calle Cantarranas, hoy calle Lope de Vega, se encuentra el Convento de las Trinitarias. Fundado por Felipe III en 1612, de línea sobria y austera, obra del arquitecto Marcos López, debe su
supervivencia a la Real Academia de la Historia. En el convento, convertido en parte en sede de la Universidad de Alcalá, se encuentra enterrado Miguel de Cervantes, el cual estuvo muy unido a la orden de las Trinitarias después de
que pagaran su liberación de las mazmorras argelinas donde pasó cinco años de cautiverio.
El autor de El Quijote compartió mil veces escenario con su gran y joven rival Lope de Vega. Ambos formaban las dos caras de una moneda. Lope era un dramaturgo de éxito, adinerado, amado por el pueblo y por las mujeres. Cervantes era un novelista poco reconocido y sin dinero. Tan paralela discurrió su vida que, además de vivir separados sólo por unos metros, se dice que compartieron amante como compartieron también devoción por el convento de las Trinitarias donde, además, se encontraban ordenadas sus hijas.
...y de Lope de Vega
Su rivalidad era por todos sabida: era público que se intercambiaban puyas y mal intencionadas muestras de respeto en sus escritos. A pesar de todo, Cervantes y Lope se hablaban y se veían continuamente en las tertulias, en la congregación y, sobre todo, en la calle. Durante la recta final de su vida, Cervantes vivió en la calle Huertas y luego en la de Francos -ahora llamada calle Cervantes-, frente al mentidero de los Comediantes y muy cerca de su enemigo, Lope de Vega, que vivió en una casa desde donde salió una vez muerto seguido por todos los madrileños hacia la iglesia de San Sebastián, en la que está enterrado.
La calle Lope de Vega desemboca en la iglesia del Cristo de Medinaceli, durante mucho tiempo venerada por las actrices de la época que llenaban de falsos devotos masculinos la iglesia de Jesús. Objeto de devoción de miles de madrileños aún en nuestros días, es una capilla que formaba parte de los Padres Trinitarios Descalzos y que con asiduidad era visitada por Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina, escritores ordenados sacerdotes que trasladaron sus
obras dramáticas, antes representadas en los alrededores de las iglesias, a los
corrales de comedias
Quevedo versus Góngora
Estas calles que mil veces fueron pisadas por hombres tan ilustres, se convirtieron también en el escenario de sonoras peleas entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Frente al Convento de las Trinitarias, haciendo esquina con la calle Lope de Vega, se encuentra la que fue casa de Quevedo. Así se recuerda en una gran placa en la fachada donde no se tiene en cuenta que antes fue el hogar que Góngora se compró con mucho esfuerzo cuando se estableció en Madrid.
Nos encontramos también aquí con dos hombres opuestos. Quevedo tenía una gran personalidad, era asiduo a los prostíbulos y a los ambientes marginales de la época, y muy querido por ser un hombre cercano al pueblo. Góngora, por su parte, generaba antipatía en la gente de su alrededor.
 Calle de Lope de Vega
Barrio de Las Letras.


 Miguel de Cervantes
 Federico García Lorca
 Calderón de la Barca



 Palacio del Duque de Ugena
Barrio de las Letras

Teatro del Prícipe Plaza de Santa Ana Barrio de las Letras
                                   Sabías que..
Esta zona esta articulada por las calles de Atocha, de Huertas, del Prado y la Plaza de Santa Ana, junto con gran número de calles colindantes (León, Lope de Vega, San Agustín, Fúcar y Príncipe, entre otras). En su recorrido se puede comprobar sobre el terreno que esta parte de la ciudad esta emplazada sobre una suave pendiente, formada por antiguas cuencas de arroyos que vertían sus aguas en el arroyo que discurría por el Paseo del Prado. Tanto es así, que durante la Baja Edad Media toda esta zona estaba destinada a usos agrarios, siendo típicas las huertas porque había abundancia de agua. De hecho, sabemos que en tiempos de Enrique IV (siglo XV) la mayoría de ellas pertenecían al Marqués de Castañeda.
Gran parte de estos campos fueron engullidos por la trama urbana en el siglo XVI, pero la memoria histórica ha hecho prevalecer el nombre de las Huertas hasta nuestros días. Su desarrollo urbano tuvo el carácter de arrabal, como continuación de la villa medieval, constituyendo uno de los barrios más populares de entonces, aunque
también tuvo ilustres moradores como los Fúcar y los Spinola, banqueros de la monarquía de los Austrias.
                                     Sabías que..
Pero si hay algo que debe llamar la atención del visitante es la relación que tuvo esta parte de la ciudad con el mundo de las letras.
Aquí residieron los poetas y dramaturgos más importantes de la España del Siglo Oro, como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo y Góngora, se encontraban los principales teatros de la corte (el de la Cruz y el del Príncipe - hoy Español -), y en la calle del Prado, a la altura de la calle del León, se encontraba el mentidero de los comediantes, lugar en el que los literatos discutían, sentían y vivían la poesía y las letras.
De hecho, la zona comprendida entre las calles de Lope de Vega, Cervantes, San Agustín y parte de la de Huertas se la conoce como Barrio de las Letras o de los Poetas, incluso se puede visitar la casa que habitó Lope de Vega (calle de Cervantes).
                                Sabías que..
Muchas de las casas de esta zona todavía conservan elementos arquitectónicos de los siglos XVI al XVIII y casi ninguna de ellas pasa de cuatro alturas, lo que le imprime un carácter pintoresco que traslada al viandante a un pueblo dentro de la gran ciudad.
También hay un caserío más monumental, son muchos los ejemplos: convento de las Trinitarias, parroquia de San Sebastián, palacios del Duque de Ugena - hoy Cámara de Comercio e Industria-, del Marqués de Perales - sede de la Filmoteca Nacional- y del Conde de Tepa, la Real Academia de la Historia, el Ateneo, los teatros Español
y de la Comedia, y con formas más contemporáneas la casa de Fernández Villamil y el Cine Doré.
Este aire pintoresco de la zona también se lo dan los numerosos bares, tascas, cervecerías y garitos de alterne, especialmente por las noches, hasta el punto de haberse convertido en una de las zonas más concurridas y frecuentadas por la juventud y los noctámbulos.
En la época de Internet, donde las epístolas han desaparecido, y nos comunicamos deprisa y mal con mensajes electrónicos, nada más conveniente para equilibrar la situación que este gesto de atención y respeto a nuestros grandes creadores, valores imperecederos de un pasado glorioso.
Sería muy conveniente que los visitantes de Madrid no sólo fueran al Museo del Prado o a la Plaza de Oriente, sino que también dirigieran sus pasos hacia este Barrio de las Letras, donde vivieron los más grandes ingenios de nuestra literatura.
                           FIN

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