viernes, 25 de julio de 2014

Emotivo encuentro en Roma entre el Papa Francisco y la cristiana condenada a muerte en Sudan

Imagen del encuentro de Meriam Yehya Ibrahim con el Papa Francisco
Imagen del encuentro de Meriam Yehya Ibrahim con el Papa Francisco Ap
Meriam Yehya Ibrahim, la mujer condenado a muerte por haberse convertido al cristianismo y absuelta el pasado mes de junio, ha logrado abandonar Sudán y se dirige a Roma a bordo de un avión del Gobierno italiano, ha informado el diario «Il Corriere della Sera». La mujer llegará este jueves por la mañana al aeropuerto militar de Ciampino, en la capital italiana, en torno a las 9.30 horas, acompañada por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores italiano, Lapo Pistelli, que ha sido el encargado de coordinar su salida de Sudán, informa Ep.
UNa vez en suelo italiano, se reunió con el Papa Francisco, que le agradeció su "testimonio de fe", según ha informado el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi.
"El Papa al final del encuentro ha agradecido a Mariam su testimonio de fe", ha precisado Lombardi, al tiempo que ha explicado que la joven y su familia han agradecido al Papa "su cercanía, las oraciones y el apoyo de la Iglesia en su liberación". Según ha explicado Lombardi, el encuentro ha sido "muy sereno y afectuoso" y también "han hablado del futuro de la mujer sudanesa". El gesto del Pontífice quiere ser "una expresión de cercanía a todos los que sufren por razones de fe, vivida en situaciones de reclusión
o dificultad" y quiere ir "más allá del bonito encuentro".
Ibrahim Isha aterrizó en Italia, en el aeropuerto militar de Ciampino a las 9,30 horas acompañada por sus dos hijos, su marido Daniel Wani y por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores italiano, Lapo Pistelli. Allí han sido recibidos por el primer ministro italiano, Matteo Renzi, junto a su esposa Agnese, y por la ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini.
La joven, de padre musulmán y madre cristiana, fue sentenciada a la horca el pasado 15 de mayo, estando embarazada de ocho meses, por su supuesta conversión al cristianismo, algo que rechazó la joven al asegurar que nunca ha profesado el islam porque fue educada por su madre ya que su padre la abandonó cuando era pequeña.
Durante su juicio confirmó ser cristiana y no quiso renunciar a su fe por lo que el tribunal la acusó y condenó por "apostasía", un delito castigado con la pena de muerte. El juez sentenció también a Ishaq a 100 latigazos por adulterio, al declarar nulo su matrimonio en 2011 con Daniel Wani, ya que las leyes de la sharía (ley islámica) no permiten que una mujer musulmana se case con un cristiano. La Ley islámica o 'sharía', que rige en Sudán desde 1983, condena con pena de muerte la conversión a otras religiones.
La condena a muerte de Mariam despertó reacciones de en todo el mundo. Amnistía Internacional, Human Rights Watch y ONG regionales como el Centro Africano para Estudios de Justicia y Paz se movilizaron para detener la ejecución. Y la plataforma Change.org consiguió casi un millón de firmas pidiendo al gobierno sudanés la anulación de la ejecución. Un tribunal de apelaciones decidió anular la sentencia y fue excarcelada el 23 de junio.
No es un caso aislado. En 2012, dos mujeres acusadas de adulterio fueron condenadas a muerte por lapidación. Sin embargo, tras una masiva protesta internacional, la sentencia fue anulada. Por su parte, la cristiana pakistaní Asia Bibi permanece encerrada en la cárcel de Multán esperando su condena a muerte por blasfemia. La revisión de la sentencia ya ha sido aplazada en varias ocasiones.

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