lunes, 28 de abril de 2014

Ignominia en Granada: dos jetas rojillos


Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo. (Efe)Decididamente, hay cosas que sólo pueden ocurrir en un país de la Unión Europea donde la ley importa tanto como nada.
Pues bien, hete aquí que el diputado proetarra Sabino Cuadra -lean su brillante currículo en actividades propias de su sexo y condición- dice haber escrito un libro aprovechando el mucho tiempo libre que le deja su bien pagado oficio de diputado al Congreso y que le ha llevado de gira por toda Andalucía con la inestimable ayuda del SAT de Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, que actúan en la irredenta tierra andaluza como teloneros del proetarra.
Créanselo porfa, aunque cueste. Estos descamisados han olvidado que Cuadra es compi de los que asesinaron a más de mil personas y dejaron lisiadas a otras tantas, la mayor parte gente de origen humilde de procedencia, entre otras, andaluza (guardias civiles, policías, celadores, universitarios, funcionarios, concejales, etc…) y que ahora, sin condenar aquello, son recibidos bajo palio en esa tierra. ¿Qué es esto? ¡Panda! ¡Banda!
Pero en este aquelarre de diez apellidos todavía sorprende más la actitud del rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, cuyo proceder empaña la inmensa y abigarrada historia académica de ese centro de educación superior.
Hace ya tiempo, desde Zapatero, que España ofrece signos inquietantes de haber dejado de ser un Estado para convertirse en un triste y vulgar asentamiento.

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