martes, 10 de diciembre de 2013

! LA VENTANA !


Una  pareja de  recién
casados,  se mudó  para
un  barrio  muy tranquilo.
En  la  primera  mañana  en  la  casa,  mientras  tomaba  café, la  mujer  reparó  a  través  de  la  ventana,  que  una  vecina colgaba  sábanas  en  el  tendedero.                                                     .
Que  sábanas  tan sucias  cuelga  la vecina  en  el tendedero  ..  !
Quizas  necesita  un
jabón  nuevo...
¡  Ojalá  pudiera ayudarla  a  lavar  las
sábanas  !
El  marido  miró  y quedó  callado.                                               
Y  así,  cada  dos  o
tres  días,  la  mujer repetía  su discurso,
mientras  la vecina  tendía  sus ropas  al  sol  y  el viento.                                                      
Al  mes,  la  mujer  se  sorprendió  al  ver  a  la  vecina  tendiendo las  sábanas  limpias,  y   dijo  al  marido:
¡  Mira,   la  vecina   aprendió  a  lavar  la  ropa  !
¿¿  Le  enseñaría  otra  vecina  ??                                                      
El  marido  le  respondió:
¡No,  hoy  me  he  levantado  más temprano  y  limpie  los  cristales  de nuestra    ventana  !                                                 
Y  la  vida  es  así.
Todo  depende  de  la  limpieza  de  la  ventana,  a través   de  la  cual  observamos  los  hechos.
Antes  de  criticar,  quizás  sería  conveniente chequear  si  hemos  limpiado  el  corazón  para poder  ver  más  claro.
Entonces  podremos  ver  claramente  la limpieza  del  corazón  de  los  demás  ...

! LOS REYES MAGOS !

Para los padres con niños, ahora que se acercan los Reyes Magos:
Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero… que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que… -titubeó Cristina
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos … pero…
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
-Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la
entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Un transexual embarazado de ocho meses se casa con su novia, también transexual.


El caso de Alexis Taborda y Karen Burselario desafía las categorías tradicionales de género y quizás por eso ha dado la vuelta al mundo. Él nació mujer y ella nació mujer, pero ambos cambiaron sus documentos de identidad. Hasta aquí no es un caso único, pero se da la circunstancia de que Alexis se encuentra embarazado de ocho meses de Karen. Y es que ambos conservan sus aparatos reproductores originales.

Ambos contrajeron matrimonio civil en la ciudad de Victoria, en Argentina, arropados por familiares y amigos. La pareja ha solicitado, además, el permiso de la Iglesia Católica.

La pequeña Génesis, hija de la pareja, nacerá a finales de diciembre. Será el primer caso de un transexual que dé a luz en Argentina. El embarazo avanza de momento sin complicaciones.