domingo, 4 de agosto de 2013

El Congreso se gasta 2,1 millones de euros en alquilar 25 nuevos coches

El precio promedio de cada vehículo, incluyendo los costes de mantenimiento y los seguros, será de 86.871 euros
El Congreso se gasta 2,1 millones de euros en alquilar 25 nuevos coches
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy el concurso público lanzado para la adjudicación del contrato para el arrendamiento de 25 nuevos vehículos con destino al Congreso de los Diputados. Un contrato con un valor estimado de 2.171.764,70 euros (IVA excluido) que deberá incluir los costes de mantenimiento y los seguros de cada uno de los vehículos, de distinta gama. Sale así un coste medio de 86.871 euros por coche. El concurso estará abierto hasta el próximo 16 de septiembre y el plazo de ejecución del contrato es de 51 meses. El presupuesto base de licitación es de 1.573.000 euros.
Las empresas que deseen optar al contrato tendrán que suministrar 25 coches de colores oscuros metalizados por fuera y con tapizado oscuro en su interior. El paquete se descompondrá en doce berlinas de motor híbrido y once berlinas diésel, además de dos monovolúmenes de nueve plazas cada uno, de los cuales uno tendrá que estar adaptado para trasladar a personas discapacitadas que precisen una silla de ruedas para moverse. Todos los coches que arrende el Congreso deberán disponer de un sistema de navegación, climatizador automático de cuatro zonas y un equipo de manos libres 'bluetooth' para teléfono móvil.
El seguro, a todo riesgo, correrá por cuenta de la compañía suministradora, que también deberá encargarse del mantenimiento de los vehículos. El Congreso tan solo cargará con los costes de limpieza y con el combustible que requieran los coches, así como con las posibles sanciones derivadas del uso de los mismos.
Una licitación que se produce semanas después de que el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, propusiese la exclusión de las bebidas alcohólicas de alta graduación y los combinados de la lista de bebidas subvencionadas que se ofrecen en las cafeterías de la cámara ante la polémica que habían desatado sus bajos precios. Una controversia derivada de los tiempos de crisis que vive España, en los que los ciudadanos, sometidos a duros ajustes, demandan que sus señorías también se aprieten el cinturón.

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