jueves, 2 de mayo de 2013

LAS GOLONDRINAS


La golondrina común (Hirundo rustica) es una especie de ave paseriforme de la familia Hirundinidae. Es una de las aves migratorias más conocidas del mundo. Tiene un admirable sentido de la orientación y recuerda los lugares de un modo sorprendente, siendo capaz de encontrar su nido del año anterior. Se alimenta de insectos que captura en el aire.
Construye su nido con barro y hierba, y suele fijarlo a vigas de madera y paredes. La puesta y la cría la realiza en el hemisferio norte. Una vez que reencuentra su nido, si es necesario lo reconstruye o hace uno nuevo, donde pone sus huevos y cría sus polluelos.
Los huevos son de alrededor de 14,8 mm de largo y de cascarón un poco amarillento y con muchas pequeñas manchas parduscas o grisáceas, chispeadas irregularmente en toda la superficie. Muchas de esas diminutas manchas son casi triangulares, aunque la mayoría de ellas son disformes. La hembra permanece en el nido, en tanto que el macho sale en busca de alimento. Cuando las crías han crecido lo suficiente, la madre les enseña a volar. Esta ave tiene un gran instinto de defensa, siendo el gato su más frecuente enemigo: cuando alguno la asedia en su nido, se agita con un batir de alas y abre el pico amenazadoramente para salvar a sus polluelos. En ocasiones en que el peligro es muy grande, se une con otras compañeras y entre todas espantan al enemigo
Puede llegar a medir hasta 19 cm de largo. Posee un pico corto, y alas fuertes y largas en proporción al cuerpo. Su cuerpo aerodinámico está adaptado para vuelos rápidos y de largo recorrido. Sus alas estrechas y su cola ahorquillada le permiten
maniobrar con facilidad: puede dar rápidos giros para perseguir a su presa. El color es negro azulado brillante en
la cabeza, el lomo, las alas y la cola; rojo herrumboso en la frente y el cuello; y blanco amarillento en el pecho y el vientre.
La golondrina pasa una parte del año entre las frías regiones de Alaska y el norte de Canadá y las regiones templadas, como el centro de México, Europa Occidental, África del norte o Asia Oriental. En todo este amplio territorio del hemisferio norte efectúa la puesta y la cría.
La hibernación la realiza fundamentalmente en el hemisferio sur, llegando desde Costa Rica o las Antillas hasta las regiones patagónicas de Tierra del Fuego e Islas Malvinas, o el Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, entre otras.
La única región del hemisferio sur donde la especie se reproduce es en la Pampa húmeda de Argentina. En el resto del hemisferio es solo un visitante estival no reproductivo, por lo tanto, distinto.
Cuando han encontrado pareja, se dedican a construir el nido con barro, hierba y saliva. Después copulan, al poco pondrán los huevos que incubarán los dos.
Los polluelos pueden oír a sus padres a cien metros de distancia. Cuando ya están crecidos saldrán del nido. Sus padres les enseñan al principio a volar, a comer insectos, a beber volando a ras del agua…
En la migración de otoño pasan a cientos, quizá miles, por encima del tejado rumbo al sur.
Es frecuente que cambien de pareja cada año.
Todo un espectáculo a la puerta de casa
GUSTAVO ADOLFO BECQUER
(1836-1870)
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate:
¡así no te querrán!

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