sábado, 9 de febrero de 2013

DECÁLOGO DEL TRIUNFADOR


1. Sé positivo, inmensamente positivo. Piensa siempre que el triunfo te
acecha y que tienes la maravillosa responsabilidad de hacerlo tuyo con mucha
voluntad, ánimo y energía.
2. En la vida no hay metas imposibles, sólo hombres incapaces, los seres
humanos tenemos un inmenso potencial creador y transformador. Concéntrate
al máximo y podrás explotar tu inagotable fuente de tesoros escondidos.
3. Inspira tu vida en valores que conduzcan a la grandeza: amor, comunicación,
tolerancia, honestidad, lealtad, humildad, mística, perseverancia y gratitud
entre otros. Despójate de todas las energías negativas que te puedan conducir
por la senda del fracaso y la derrota.
4. Al emprender cualquier misión, ten muy presente y muy claras las metas que
pretendes conquistar, ellas te servirán de guía para conducir acertadamente el
proceso de desarrollo y de estímulo vital para concretarlas en la realidad.
5. No des tu brazo a torcer cuando se presenten las dificultades, éstas deben
servir de acicate y de retos para seguir adelante. Revístete de una voluntad
férrea que te permita vencer hasta los más intrincados obstáculos.
6. Si tienes tropiezos, fracasos o derrotas, no te des por vencido, levántate con
mayor vigor y decisión, cultivando con esmero las nuevas oportunidades que la
vida siempre nos brinda. Recuerda que las grandes gestas siempre se han
construido sobre la base del dolor y el sufrimiento.
7. Sólo los que se arriesgan y los que se atreven están en peligro de
equivocarse, pero también sólo los que asumen todos los riesgos logran abrir
las puertas del éxito. Los indecisos y cobardes nunca probarán las mieles del
triunfo.
8. No seas egoísta, envidioso o cicatero con los demás, por el contrario,
comparte solidariamente todo tu tiempo, haberes, experiencias y
satisfacciones, y estarás sembrando semillas que germinarán cuando menos
pienses
9. No menosprecies el trabajo y el esfuerzo que otras personas realizan, donde
menos se piensa, salta la liebre. Preocúpate por superarte cada día sin olvidar
que tus semejantes también se imponen esta meta cotidianamente.
10 Dios en su infinita bondad te ha dotado de grandes facultades que debes cultivar
y perfeccionar, confía siempre en tu padre celestial que te ama, te acompaña, te protege y quiere lo mejor para ti. Elevale diariamente tus plegarias de agradecimiento.

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