lunes, 9 de julio de 2012

La araña que corta su pene durante el coito


En algunos casos, el término "guerra de sexos" toma un sentido literal. Si la hembra de tu especie te come una vez terminada la cópula, y además busca varios machos para inseminarla, debes encontrar una estrategia que mejore tus posibilidades.
Por ejemplo, deshaciéndote de tu pene. Según han descrito desde la Universidad Hubei de China, el macho de una especie de araña,Nephilengys malabarensis, se automutila el pene durante la cópula, dejando el apéndice insertado en la hembra. No se trata únicamente de la punta del aparato copulador, llamado pedipalpo, sino de la estructura entera. Y permanece expulsando esperma mientras el macho huye.
En esta especie, la hembra es mucho más grande que el macho. En las arañas, cuando esto ocurre las hembras suelen comerse al macho al terminar la cópula. La razón de que esto ocurra tiene que ver con la inversión energética que cada uno de los sexos realiza en la cría. De manera sencilla, podemos entender la inversión energética como la cantidad de comida que cada uno de los padres deja de utilizar en sí mismo para emplearlo en sus crías. Y cuando la inversión de la madre es muy superior a la del padre, una forma de equilibrar las cuentas es mediante el canibalismo post-coital.
LibélulaExplicado así, parece que el macho cercera su aparato reproductor para sobrevivir a la cópula, aunque haya quedado estéril, pero la cosa no es tan sencilla. En términos biológicos, la función de todo ser vivo es reproducirse, y por tanto el macho ya ha cumplido con su función al terminar la copúla. Entonces, ¿para qué sirve seguir viviendo, más aun siendo estéril?
La razón por la que los machos de N. malabarensis se desprenden de su apéndice es para evitar que la hembra se reproduzca con otros machos. En esta especie, la hembra suele copular con varios individuos, reduciendo de esta manera las posibilidades de paternidad de cada uno de los machos. Al dejar su pene insertado en la hembra, éste sirve de tapón e impide que otros machos puedan fecundar a la hembra. Además, el pene desprendido expulsa más esperma que si se mantuviese unido al macho.
Esta estrategia resulta sorprendente por darse en arácnidos. Es la primera vez que se descubre un comportamiento así en arañas, y hasta ahora se tenía asumido que los machos participaban de buen grado en el canibalismo, a modo de ofrenda a la hembra. Lo que no es, es novedoso. Este tipo de estrategias, en las que o bien se controla a la hembra durante la gestación para asegurarse de que ningún otro macho copule con ella, o se genera un tapón para evitar esto mismo, está muy extendida por el reino animal. Por ejemplo, muchas especies de libélula presentan o bien una o incluso las dos estrategias al mismo tiempo.

Capturan un tiburón de más de 400 kilos



Las caras de los pescadores de Marina del Rey (California) no eran más que de asombro por lo que tenían ante sí. Acababan de ‘pescar’ un tiburón de 900 libras de peso (un poco más de 400 kilos), un animal tan pesado que incluso destrozó parte del muelle y de la embarcación en el que se encontraban.
“Nuestra balanza digital llega hasta las 750 libras (340 kilos aprox.), pero esta empezó a quebrarse antes de que medio tiburón estuviera fuera del agua”, comentó el gerente Craig Campbell poco después de sacarlo.
La batalla que los pescadores libraron en el agua con este tiburón gigante acabó destruyendo parte del equipamiento del barco, por lo que los hombres se vieron obligados a remolcarlo hasta el puerto, que se encontraba a 15 millas, en lugar de subir al animal a la embarcación.
Los pescadores supusieron que se trataba de un tiburón marrajo, una especie que se come a menudo en esta parte del globo, pero no estaban del todo seguros: este tipo de escualo suele pesar entre 130 y 180 kilos. La inmensa mayoría de estos tiburones son llevados a bancos de alimentos del centro de Los Ángeles, según Campbell. “Los tiburones marrajos son fantásticos. Es una dieta muy buena”, sostiene.
El tiburón finalmente ha sido categorizado como tiburón marrajo, según la directora de recursos costeros Sarah Sikich. Aunque esta especie no está amenazada ni en peligro de extinción, el tiburón marrajo ha sido designado como “especie vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.