lunes, 14 de noviembre de 2011

EL PELUQUERO.


Un hombre mete su cabeza en una peluquería y pregunta:

– ¿Cuánto tiempo le falta para que me pueda hacer un corte de pelo?


El peluquero mira alrededor y viendo la peluquería llena le dice: – Como 2 horas.


El hombre se va. Unos días después el mismo hombre vuelve a la peluquería. Y desde la puerta le pregunta al peluquero:


– ¿Cuánto tiempo le falta para que me pueda hacer un corte de pelo?


El peluquero mira alrededor de la peluquería y le dice: Tal y como tengo hoy el patio, como unas tres horas.


El hombre se va. Una semana después el mismo hombre vuelve a la peluquería. Y desde la puerta le pregunta al peluquero:


– ¿Cuánto tiempo le falta para que me pueda hacer un corte de pelo?


El peluquero mira alrededor de la peluquería y dice: – Como hora y media.


El hombre se va. El peluquero mira al aprendiz que estaba a punto de enjabonarle la cabeza a un cliente. Y le dice:

-Oye, Manolo, por favor sigue a ese hombre y ve a donde va. Él siempre viene, pregunta en cuánto tiempo le puedo hacer un corte de pelo pero después nunca regresa, a la que veas donde ha ido vuelve cagando leches y me lo dices.


Un tiempo después, Manolo vuelve a la peluquería, riéndose histéricamente. El peluquero le pregunta: – Manolo, ¿a dónde fue el hombre después de pasar por aquí?


El aprendiz con lágrimas en los ojos de tanto reírse, le dice:


– ¡¡¡A tu casa!!!

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