lunes, 6 de junio de 2011

LA PARÁBOLA:

EL ADMINISTRADOR
.Un hombre rico tenía un administrador y le fueron con el cuento de que éste derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo:
-- ¿ Qué es eso que oigo decir de tí ? Dame cuenta de tu gestión, pues quedas despedido.
El administrador se puso a pensar:
-- ¿ Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo ? Para cavar no tengo fuerza; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando esté fuera, haya quien me reciba en su casa.
Fue llamando uno por uno a los deudores de su amo, y preguntó al primero:
-- ¿ Cuánto debes a mi amo ?
Aquel respondió:
-- Cien barriles de aceite.
Él le dijo:
-- Aquí está tu recibo: date prisa, siéntate y escribe "cincuenta".
Luego preguntó a otro:
-- Y tú ¿ cuánto debes ?
Este contestó:
-- Cien fanegas de trigo.
Le dijo entonces:
-- Aquí está tu recibo. Escribe "ochenta".
El amo felicitó a aquel administrador de lo injusto por la sagacidad con que había procedido, pues los que pertenecen a lo oscuro son más sagaces con su gente que los que pertenecen a la luz.
Comentarios:1- Es muy fácil derrochar lo que no nos hemos ganado con nuestro esfuerzo, y más aún si es bien ajeno. No caigamos en este error.
2- Quien actúa de mala fe, siempre trata de ganarse el favor de los demás con méritos que no le corresponden.
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