viernes, 27 de mayo de 2011

LA PARÁBOLA:

LOS CAPITALES ENCOMENDADOS
.Un empresario, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco millones, a otro dos, y a otro uno, según sus capacidades hasta el momento demostradas. Luego se marchó.
El que recibió cinco millones fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco; el que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos; en cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo del tiempo volvió el patrón de aquellos empleados y los llamó a saldar cuentas. Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó los otros cinco diciendo:
-- Señor, cinco millones me dejaste; mira, he ganado otros cinco.
Su señor le respondió:
-- Muy bien, empleado fiel y cumplidor. Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta de tu señor.
Se acercó luego el que había recibido dos millones y dijo:
-- Señor, dos millones me dejaste; mira, he ganado otros dos.
-- Muy bien, empleado fiel y cumplidor. Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta de tu señor.
Finalmente se acercó el que había recibido un millón y dijo:
-- Señor, supe que eres hombre duro, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; me asusté y fuí a esconder tu millón bajo tierra. Aquí lo tienes.
El señor le replicó:
-- ¡ Empleado negligente y cobarde ! ¿ Conque sabías que siego donde no siembro y recojo dondo no esparzo ? Pues entonces al menos debías haber puesto mi dinero en el banco, para que al volver yo pudiera recobrar lo mío más los intereses.
-- Quitadle el millón y dádselo a que tiene diez; porque al que produce se le dará hasta que le sobre, mientras que al que no produce se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil, echadlo afuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el apretar de dientes..
Comentarios:1- Pongamos en el cumplimiento de nuestros deberes un verdadero entusiasmo en sacarlos adelante. Los beneficios llegarán por añadidura.
2- Quien espera a que las cosas le lleguen por sí solas, sin poner su propio esfuerzo, simplemente se quedará solo y sin nada.
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